La Fresneda

La Fresneda es uno de los pueblos más bonitos de España, de eso no hay duda.

Sin embargo, no sabría decir si está entre los diez, los veinte o los cien más atractivos, pero si que puedo asegurar que es una visita absolutamente recomendable.

No hace falta mencionar sus calles porticadas, sus casonas o el precioso conjunto urbano.

Tampoco lo haremos del ayuntamiento renacentista, ni del antiguo convento que actualmente es un interesante hotel y afamado restaurante y ni siquiera mencionaremos su interesantísima cárcel. Lo haremos -como siempre- de su agua y sus obras hidráulicas.

Las

En este caso, el Diccionario de Madoz es muy parco. Solamente menciona que hay: “varios harineros, tres de aceite y un batán” pero no menciona nada acerca de fuentes.
Que sepamos, tiene La Fresneda un pozo que alimentaba su convento, y que en el siglo XVIII fue rasgado lateralmente para poder bajar hasta el agua mediante unas escaleras, pero las fuentes más interesantes están a las afueras.
Probablemente, la población se abastecía desde una de posible origen en los siglos XV o XVI, situada en la parte inferior de su casco urbano. Está seca quizá desde hace siglos, pero su aspecto es imponente. Por lo que parece, se diría que en algún momento se secó y trató de reparar de forma burda y rápida, pero no lo consiguieron.

Debido a la inutilización de la otra fuente, es muy probable que se levantara -quizá en el siglo XVIII- la que llaman La , situada a unos 100 metros por debajo y de factura mucho más tosca.

Detalle del frente de la fuente y las concreciones de cal dejadas por el agua que sale del arca.

Los molinos

Los molinos harineros que he localizado son dos: el y el Viejo. Sin más, para que no haya confusión.

El Molino Viejo de la Fresneda y su

El molino Viejo

El Molino Viejo de la Fresneda, por lógica, fue el primero en levantarse. Se accionaba con la acequia de La Fresneda, que nace un poco aguas arriba de la desembocadura del río Tastavins, al que atraviesa mediante un sifón en el término de La Portellada y continúa siempre paralela al río, regando unas 60 hectáreas.

Al llegar al Barranco de Valmolino o Valjunquera, la acequia de la Fresneda terminaba en la balsa del Molino Viejo, una notable balsa con cubo cilíndrico de cuidada cantería. A pesar de que las sucesivas ampliaciones, hasta llegar a formar una enorme edificación, le fueron mezclando estilos y formas, su origen es medieval (hacia el siglo XIV) como demuestra su sala de molienda con arcos diafragma, típicos de la época.


Es probable que cesara su actividad tras la Guerra civil de 1936, aunque se mantuvo en relativo buen estado hasta las enormes riada de 1957 y luego la del 2000, que posiblemente firmara su definitiva sentencia de muerte.
Las primeras fotos muestran su estado hacia 1997; ruinoso, pero aún aprovechable. Quizá por ello alguien intentó recuperarlo parcialmente, no sé por qué pensé que tenía aspecto de hotel rural. Pero la riada del 2000 llegó de nuevo hasta su misma puerta y probablemente penetrase hasta cierta altura en el mismo.


Tras esta riada, las obras no continuaron, puede que por miedo de los propietarios a esas furiosas riadas, o puede que la Confederación H del las paralizase. En todo caso, el molino quedó descarnado y aún más vulnerable que hasta entonces.


Justo a la altura de la balsa del molino, de la acequia de la Fresneda sale un pequeño ramal que riega la ladera derecha del Valjunquera, y el resto cruza el barranco mediante un bonito acueducto de difícil datación, pero probablemente renacentista.

El Molino Nuevo

Probablemente un siglo después de la construcción del Molino Viejo, el concejo de La Fresneda decidió levantar un nuevo molino, y muy probablemente amplió la capacidad de la acequia y su área de riego, porque este molino vertía de nuevo al río la totalidad del agua que llegaba hasta él. Quizá sea esa la razón que llevó al Sindicato de Riegos de la Fresneda a comprar el molino y así dejar que el agua discurriera por la acequia a una cota más alta, aumentando la garantía de riego eliminando el consumo de agua del molino.

Cuando era posible acceder al interior, pudimos comprobar que tenía instalada en sus cárcavos una turbina acoplada a una bomba, con la que elevaba el agua a un lugar desconocido, quizá a la acequia a cota más alta.
El Molino Nuevo está situado casi frente a la línea que al otro lado del río delimita los términos de Valderrobres y Torre del Compte. Fue una construcción municipal datada inequívocamente en su dintel en el año 1582. Lamentablemente, es la parte mejor conservada de un edificio que puede que ahora en 2020, ya sea simplemente un montón de escombros irreconocibles, puesto que la fecha de las fotos se sitúa entre 1996 y 2005.

El mapa de la zona

https://goo.gl/maps/MqJyfqDFPkqiahTP8

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