Para viajeros exigentes. El corazón de Castilla y León (I)

No vamos a decir nada nuevo si contamos que Castilla y es un continente en miniatura (sin mar, eso sí)  donde tenemos la mayor cumbre del sistema (Almanzor, con 2591 metros) junto a zonas que sobrepasan por poco los 200 metros de altitud.  En Castilla y León existen praderas alpinas y páramos donde parece que nace el frío, como los Montes de León o la Bureba, hasta lugares como Candeleda, donde debido a su especial microclima -es la población más al sur de la comunidad- a los plataneros o bananeros les falta poco para dar fruto comestible.

Pero todo esto es meramente anecdótico, porque la ruta que proponemos se puede hacer con frío y calor. Solamente hace falta tener tiempo y ganas de viajar, el presupuesto no es especialmente relevante a partir de un mínimo realmente pequeño, siempre que busquemos los muchos alojamientos y restaurantes muy dignos y a excelente precio. Pero también tenemos la posibilidad de hacer un viaje de lujo por algunos de los más afamados restaurantes españoles, y alojarnos en el mejor y quizá más exclusivo hotel de España, que veremos es un lugar donde la calidad y excelencia hotelera son realmente fuera de serie, como así atestiguan los clientes que hemos enviado.

Pero sin más preámbulos pasaremos a la ruta que recomendamos, que parte de La Granja de San Ildefonso y hasta la cual recomendamos ir a pasar una mañana. Antes de llegar, recomendamos informarse para ver si podemos visitar el aserradero y los pinares de Valsain, distantes cuatro Km de La Granja. En esta localidad recomendamos visitar su Tecnológico del Vidrio, tras lo cual -llegada la hora de comer- debemos degustar sus famosos “Judiones de la Granja” y el restaurante Zaca es una buena elección (reserva casi obligatoria e imprescindible en fin de semana) y aunque hay otros, no es fácil comer sin reserva. No tocar el coche de donde lo dejen al llegar. Aparcar después puede ser una odisea.

Nada mejor que hacer la digestión paseando por los jardines del Palacio de la Granja, hasta llegar al Mar. Si, porque El Mar es como se llama el lago de cabecera desde donde se envía el agua hasta las y esperar con mucha antelación a que comience a las 17:30 el encendido de las fuentes, porque es muy importante saber los días y horarios, puesto que la disponibilidad de agua es limitada. También es interesante saber los días en que hay visitas nocturnas.

En fechas alternas se encienden cuatro de los grupos monumentales principales, pero los días y horarios no son siempre los mismos. Por ello es muy recomendable informarse de las fechas de la Web Oficial de Patrimonio Nacional: http://www.patrimonionacional.es/real-sitio/palacios/6252 el precio son 4€.

En tres días al año se ponen en funcionamiento todas las fuentes monumentales: 3o de mayo (San Fernando); 25 de julio (Santiago) y 25 de agosto. El horario siempre es a las 17:30 horas y el precio son 4€, salvo el 25 de agosto que es completamente gratis por ser la festividad de San Luis, patrón de La Granja. Algunos sábados de julio y agosto se enciende la Fuente de los Baños de Diana en horario nocturno, de 22:30 a 23:30. El precio son 2€.

Para dormir podemos quedarnos en la Granja o bien ir a Segovia, que dista unos diez kilómetros. Una buena opción es aparcar bajo el hotel Eurostars Plaza e incluso alojarse allí, porque  debemos tener cuidado con algunos hoteles céntricos y sus ruidos nocturnos en fin de semana.

De Segovia hay poco nuevo que contar y es de obligada visita el acueducto, el alcázar (que es realmente impresionante) y muy interesante recorrer las murallas por la zona del barrio judío.

Pero recomendamos especialmente la visita a la Real Fábrica de Moneda, una joya tecnológica del siglo XVI que gustará a mayores y pequeños. No decimos nada más, porque es de visita obligada, como el acueducto o el Alcázar.

Respecto a gastronomía, hay mucho y bueno, especialmente para los carnívoros, y un lugar de obligada visita para comer en serio o tapear es el restaurante José Maria, al lado de la Plaza Mayor. Al margen de sus excelentes (y gratuitas) tapas es el único lugar del mundo donde podemos degustar un creado expresamente para ese restaurante, que es un Pago de Carraovejas del año que no se vende y solamente se puede beber allí. El secreto es que el restaurante y la bodega comparten dueño.

Si ya hemos visto al menos lo recomendado, podemos partir hacia la ciudad amurallada de Ávila, distante unos 70 Km de Segovia. Al entrar en Ávila hay que hacer una parada obligatoria en los Cuatro Postes, donde tenemos quizá la mejor vista de Segovia, luego pasaremos junto un restaurante muy llamativo situado en el de la Losa, anclado como una barca de piedra en el lecho del río Adaja. En Ávila tenemos una muy buena restauración donde también la carne (en este caso el chuletón de ternera) es lo típico. Existe un menú con chuletón en casi todos los restaurantes de Ávila al precio cerrado de 30/35 € por persona.

Pero antes debemos aparcar, y una buena opción es en la ronda junto a la muralla. Luego, ya en el recinto amurallado, recomendamos una visita guiada.

Desde Ávila saldremos hacia Muñogalindo, una pequeña población situada en pleno Valle de Amblés por el que discurre el río Adaja.

Frente al desvío que conduce a la población veremos un cartel que nos conduce a la Dehesa de Garoza en Muñogalindo, donde Ibarrola ha dejado una buena muestra de sensibilidad.

Hubo un tiempo en que Ibarrola, debido a su escaso celo nacionalista, estuvo perseguido por un grupo de indeseables que afortunadamente ha pasado a la historia. Ibarrola, buscando tranquilidad lejos de las amenazas, llegó hasta estas tierras abulenses de Castilla y León para crear este espacio realmente interesante, donde arte y se funden de un modo armónico o todo lo contrario, pero creando un paisaje bello y singular.

Desde Muñogalindo seguiremos camino a Guijuelo, una población donde su atractivo reside en el olor a jamón ibérico que impregna el pueblo entero. Allí recomendamos una parada en Alma de Ibérico, un lugar muy recomendable, con buenos productos, buen vino y buen ambiente. Vale la pena dejarse caer por allí, especialmente si vas de paso y no te apetece perder mucho tiempo en un restaurante, porque esta es una de las muchas tiendas donde puedes degustar y adquirir sus afamados productos del cerdo ibérico, pero monumentalmente Guijuelo no da para mucho más.

La siguiente parada de esta ruta es Béjar, la indiscutible capital de la comarca, pero que tras su brutal reconversión sin ayudas, mientras fue alcalde un conocido político, se convirtió en casi una ciudad fantasma, con su calle mayor plagada de comercios cerrados, años antes de la crisis de 2009.

Pero Béjar tiene muchas cosas que ofrecer, comenzando por la única villa renacentista que perdura en España, sensiblemente igual a cómo se construyó originalmente, al igual que su magnífico jardín.

No podemos irnos de Béjar sin visitar su Plaza Mayor y muy especialmente la “Ruta de las fábricas textiles de Béjar”, premiada por Turinea -nuestro socio de AOTI- como la Mejor ruta de 2016. Esta ruta es un camino sencillo y bastante agradable casi todo el año, que transcurre en su totalidad por un paseo fluvial construido sobre la conducción de aguas residuales a la depuradora. Junto a este paseo se alternan varias fábricas ribereñas, que fueron significativas en el desarrollo industrial de la ciudad, y sus cierres en la década de 1980 fueron clave de su declive.

El recorrido total de ida y vuelta es de aproximadamente 4 km y a un paso normal se recorre en aproximadamente una hora y media.

Terminamos esta primera parte de nuestra ruta en , una preciosa localidad a la que el auge de Béjar y su “efecto imán” permitió que fuera magníficamente conservada hasta ahora. Un paseo por Candelario es de obligada realización para cualquier visitante. Esta es una excelente opción para pasar la noche antes de seguir al siguiente punto de nuestra ruta por Castilla y León, que será La Alberca.

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